A Michael Thonet se le puede considerar como el gran creador de las técnicas del curvado de madera. Tras más de diez años de intento y estudios eligió para sus asientos la madera de haya, cuya fibra larga y recta sometía primero a un baño de vapor para forzarla después en prensas de bronce -diseñadas por el propio Thonet- y, por último, la dejaba enfriar poco a poco. Un tratamiento que permitía conservar indefinidamente la forma conferida a la madera sin riesgo de alteraciones por el paso del tiempo, lo que le proporcionaba una extraordinaria robustez.
La producción de las sillas se realizó desde el primer momento a escala industrial hasta el punto que, a principios del siglo XX, empleaba a más de cinco mil trabajadores capaces de fabricar cuatro mil muebles al día, actualmente los chinos superan con mucho esta cifra copiando el modelo una y otra y otra y otra vez.
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